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Aprender Salud

Infancias y género, ¿cómo acompañar mejor?

¿Qué es la identidad de género, es una construcción o algo que se elige? ¿Cómo se transita este camino y que rol cumple la institución de salud?

Valeria Mulli, Jefa de la Sección Adolescencia del Dpto. de Pediatría del Hospital Italiano, participó del podcast GineconVOZ contestando acerca de las infancias trans. Reunimos en esta nota sus principales conceptos sobre el tema y los invitamos a ver la entrevista completa haciendo clic acá

 


La identidad de género: una construcción, no una “elección”


“ La identidad de género es una vivencia de cada persona, se construye desde la infancia y continúa durante toda la vida. Podemos tener aspectos más masculinos o más femeninos, pero la identidad de género implica sentirse varón o mujer. Cuando esa vivencia coincide con el sexo biológico somos personas cis género y cuando eso no ocurre somos personas trans”, comienza destacando la Dra. Valeria Mulli.


Ser trans es una vivencia, es una sensación individual, única. “Se puede generar en cualquier momento de la vida: lo que se siente es no habitar en el cuerpo acorde a lo que se percibe, tener la sensación de no estar con un sexo acorde a lo que les corresponde. La identidad de género es una construcción que, en general, empieza en la primera infancia. Alrededor de los dos o tres años saben si se sienten varones o  mujeres.”

¿Cómo se expresa esta identidad en la infancia y la adolescencia? “Les gustan otras cosas que las esperadas para su sexo. En principio no entienden muy bien lo que les pasa, les molesta mucho vestirse y  tener que expresar un género acorde a su sexo biológico, porque no se sienten cómodos o cómodas; tampoco  tienen intereses socialmente aceptados a su sexo biológico en juegos, elecciones de la ropa, etc. Y así van atravesando distintos displaceres.”


“No es una elección, la gente quizás dice ¿por qué eligió esto? Y como no es una elección, no se puede evitar. ¿O acaso vos podrías decidir sentirte de otro género? 

 


No pasa por jugar a disfrazarse con  ropa que corresponde al otro género, la identidad es una construcción. “ Es frecuente que en la infancia jueguen a disfrazarse con ropa de otro género y después se les pasa sin displacer por vestirse o jugar a otras cosas. En cambio, la persona trans es la que permanentemente tiene estas conductas, y estas maneras de expresarse perduran en el tiempo. Cuando estas actitudes son prohibidas y cuestionadas aparecen sentimientos de sufrimiento y soledad, por no poder expresarse con su identidad aunque por ahí se adaptan a lo que se les permite, a pesar de su vivencia”, destaca.

“Ellos y ellas -hablo así porque el tema “de elles” puede incomodar- van sintiendo esta transformación. No la entienden muy bien y saben que empezar a expresarla en la familia puede llegar a ser complicado. En la adolescencia conocen muy bien a sus padres y a sus madres, saben lo que piensan y hasta dónde tienen apertura como para acompañar su proceso de transición o deciden esperar para contarlo cuando estén seguros o seguras.”

Un camino complejo y muchas veces difícil. “Puede ser que esta búsqueda les traiga problemas con sus pares, en la escuela con las autoridades y los docentes;  puede ser que le traiga problemas muy serios con su familia y genere dificultades para insertarse en los distintos ámbitos donde tienen que desarrollar su día a día. En aquellas situaciones donde aparezcan síntomas de sufrimiento requerirán algún acompañamiento psicológico como cualquier adolescente que tenga malestar emocional.”

El entorno que acompaña, un gran facilitador. “Cuando uno logra trabajar con las familias, pueden empezar  su transición y  ser aceptados o aceptadas con el nombre con el que se autoperciben, con la expresión de género que quieren, todo este malestar desaparece. Evidentemente es el entorno el que facilita su aceptación”, completa la Dra. Mulli.


“Lo mejor es acompañar. Sin discriminar, sin juzgar, tanto al niño, niña o adolescente trans, como a la familia que está atravesando un proceso de aceptación.” 



Los desafíos en las familias

“Para la familia también es muy difícil atravesar y acompañar”, señala la Dra. Mulli.  Algunas situaciones frecuentes que destaca:

 

  • ¡Cómo le vas a dejar poner ese nombre, cómo vas a dejar que se vista así! “Comentan que desde la familia extendida (abuelos, primos, tíos, etc.) les cuestionan el acompañamiento y se sienten tironeados: por un lado, para poder acompañar al hije y, por el otro, con un montón de dudas. Es un proceso muy difícil, muy doloroso, de muchísima soledad porque tampoco hay muchas personas en situaciones similares con las que puedan compartir esta experiencia y también requieren un acompañamiento .”

 

  • Cuando cae como un balde de agua fría. “A veces el o la adolescente no da más o solicita hacer una entrevista médica, un asesoramiento, y en ese momento lo cuenta por primera vez. Ese relato sorprende porque no hubo signos en relación a su identidad de género previos y cuesta muchísimo la aceptación y el acompañamiento familiar, pero hay que trabajarlo con más tiempo tanto con el o la adolescente como con su familia y sumar otras miradas profesionales.”

“Muchas familias nos preguntan si es una moda. Hoy por hoy, hay más posibilidades de expresar lo que uno es. Personas trans hubo siempre, lo que pasa es que tuvieron que vivir escondidas, en situaciones de vulnerabilidad y mucho riesgo.”


La Educación Sexual Integral, una herramienta de gran ayuda. “La ESI trabaja muchísimo todo lo que tiene que ver con las diversidades, con los derechos, con la no discriminación de ningún cuerpo, de ninguna orientación sexual, de ninguna identidad de género y favorece la aceptación por sus pares, por el colegio  y, por último, por la familia”, señala.


El acompañamiento del equipo de salud


La Dra. Mulli destaca en la entrevista que, muchas veces, el contacto con el sistema de salud llega a través de un pedido de cambios en lo corporal, que acompañen la identidad que va construyendo la persona. ¿Cómo se acompaña este proceso?

“Nosotros, ante la consulta, les explicamos que esto es un proceso que vamos a ir logrando en la medida en que nos vayamos conociendo y ellas o ellos irán decidiendo qué quieren porque el acompañamiento es personalizado”, remarca.

Uno puede sentirse y expresarse como trans sin necesidad de hacer demasiadas modificaciones corporales:  “Escuchamos cada situación y trabajamos al principio con la aceptación familiar, con la aceptación de los entornos para que su día a día sea lo más seguro posible y lograr que se sientan mejor. Finalmente -en la medida en que va pasando el tiempo- se verá la necesidad de solicitar alguna intervención hormonal, generalmente reversibles, y se deriva al especialista. En el caso de la necesidad de una  intervención  quirúrgica, que obviamente es irreversible, tratamos que sea lo más adelante posible en este tiempo de seguimiento”, completa.

“Mi mensaje es que no estén tan pendientes de la mirada del otro para poder mirar a sus hijos/as. Entender cómo se sienten, para poder acompañar a que se sientan mejor.” 


Los talleres con familiares, un espacio de aprendizaje compartido. “Recuerdo que, ante la pregunta de cómo veían a sus hijes, una madre dijo algo que me impactó: Yo a ella la veo bárbara, pero tengo la sensación siempre de tener que salir con un paraguas poniéndole arriba para protegerla. Esa es la sensación de estrés que viven las familias, permanentemente en la duda de lo que pueda vivir en sus entornos, y es imposible de responder, pero al hablarlo podemos acompañar mejor.”


Que sepan que cuentan con nosotros y nosotras para poder sentirse mejor. “Cuando les preguntamos qué es lo que más quieren para sus hijos e hijas es eso. Y bueno, cambiar el nombre, cambiar la expresión de género, no va a hacer que dejen de tener la posibilidad de acompañar su crecimiento en esta relación de paternidad y maternidad de esa hija, ese hijo, en su rendimiento académico, en su inserción laboral, en su posibilidad de armar una pareja… Y eso es lo mejor que podemos hacer, no importa con qué nombre, con que expresión, con qué intervención médica”, concluye.


“Hicimos un estudio en el Hospital con 107 niñes y adolescentes trans. Hubo más consultas de mujeres trans en menores de 9 años y en la pubertad consultaron más los varones trans. Esto demuestra que las infancias trans mujeres pasan peor su transición que los varones trans y por eso ellos nos consultan más en la pubertad, con los cambios físicos y la menstruación.”

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Fuente: YouTube Servicio de Ginecología. Supervisión: Dra. Valeria Mulli, Dpto. de Pediatría.

Contenido educativo para pacientes, basado en los conceptos provistos por los profesionales del Dpto. de Pediatría, elaborado por el Área de Educación para la Salud, Hospital Italiano de Bs. As. Este contenido es de índole general y no reemplaza las indicaciones particulares de los profesionales.

Actualización: Septiembre 2024