escucha activa
Aprender Salud

Desarrollar una escucha activa en la consulta

Para aprovechar la consulta es muy importante hacer preguntas. Y también comprender y estar atento a las respuestas que reciba.

Cuando nos referimos a mejorar la consulta, optimizar el tiempo con los profesionales, un aspecto donde ponemos el foco es en la comunicación con el equipo de salud. Allí, un punto de mucha importancia es hacer mejores preguntas, resolver el desafío de cómo preguntar para quedarse sin dudas y alcanzar un conocimiento “operativo”, útil en el cual uno se sienta más confiado, más seguro.

Pero otro aspecto igualmente importante para la comunicación con el equipo de salud es la escucha activa. ¿Qué sucede con las respuestas que recibimos cuando preguntamos? ¿Las tomamos en cuenta o continuamos preguntando sin prestar atención a lo que recibimos? Y en caso de que no se entienda lo que dijo el médico ¿cuántas veces uno se puede animar a volver a preguntar sin temor a parecer poco lúcido?

El desafío de escuchar con atención
Tan trabajoso como tomarse el tiempo para anotar las preguntas antes de la consulta es estar muy atento a las respuestas del médico, a su significado, así como tomarse tiempo para comprenderlas y poder continuar con el diálogo. Aquí destacamos tres conceptos para desarrollar una escucha activa. Recuerde que esta habilidad requiere práctica, con el tiempo podrá ir mejorando:

1.-Prestar y demostrar atención. Como en la escuela, es fundamental estar atento a la hora de escuchar al médico, tanto en sus indicaciones como en las respuestas que brinde a las preguntas que le formulemos.

¿La respuesta que recibí coincide con lo que yo quería saber sobre el tema? ¿Era algo que esperaba o me sorprendió? ¿Abrió nuevos interrogantes?

2.-Suspender el juicio. Este es uno de los puntos más difíciles, ya que es complicado en todo aspecto de la vida. Para que haya un mutuo entendimiento y consenso sobre las decisiones de salud, hay que entenderse. Y esto implica no poner las opiniones personales o desacuerdos en primer lugar sino plantearlos de modo respetuoso y ordenado en función del tema. Que no gane la ansiedad.

 

3.-Contestar con precisión. Que exista el diálogo implica siempre la necesidad de alguna respuesta por parte del paciente y su familia. Y ser preciso y franco, muchas veces es difícil.

 

A la hora de escuchar, puede ser de ayuda recordar que lo importante es obtener información útil y comprenderla, no juzgar u opinar “de entrada”.

 

Entrenando la escucha activa
Algunos ejercicios simples pueden ayudar, por ejemplo:

Repetir con palabras propias lo que explicó el médico. Esto es de gran utilidad para uno mismo y también para el equipo de salud, ya que permite extraer el sentido más importante de una indicación, consejo o explicación. Esto hace mucho más operativa y segura la comunicación.

Vale decir “no entiendo”. Es muy común no comprender algo o desconocer el significado de alguna palabra dicha por el médico. Escuchando hasta el final y cuando termine la explicación, no tema pedirle que le vuelvan a explicar. También es frecuente conformarse a la segunda explicación y no volver a preguntar por vergüenza. Haga como los chicos, ¡anímese a no entender!

Resumir lo más importante de la charla. Al final del encuentro, puede ser útil recapitular y hacer un repaso sobre los detalles más importantes de la consulta: “y, entonces, lo más importante de lo que charlamos es esto y aquello.”

Responder rápido y con lo primero que venga a la mente o haciendo “asociación libre” a cualquier tema no ayuda a una comunicación efectiva. Mejor tomarse tiempo para contestar y hacerlo con sinceridad.
 

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Publicado en Aprender Salud - Contenidos Educativos del Htal. Italiano de Bs. As. Septiembre 2022