Aprender Salud
Carlos Buono en el Italiano: Acordes de bandoneón
El prestigioso músico se presentó de sorpresa ante los pacientes y emocionó a todos con su música. Luego compartió una charla imperdible.
El Viernes 28 de diciembre no fue un día como cualquier otro en el Hospital Italiano. En la sala de espera del primer piso, frente al árbol de navidad, alguien colocó una silla vacía que pasó desapercibida. Los pacientes no se percataron de su presencia hasta un tiempo después, momento en el cual la música del bandoneón los tomó por sorpresa.
El prestigioso músico Carlos Buono comenzó su intervención para todos los presentes que se frenaban buscando comprender qué estaba pasando. Pasó el primer tema y todos aplaudieron entendiendo el regalo. Algunos de pie, otros sentados. Unos que pasaban y miraban extrañados, otros que se asomaban desde los pisos superiores. Todos entregados al placer de un agradable momento musical.
Fueron veinte minutos de un recorrido por tangos, valses, milongas... Canciones que forman parte del folclore porteño, también de la memoria de quienes asistieron al inesperado espectáculo organizado por Aprender Salud. Regalo de fin de año y, a la vez, preludio para la charla que llevamos a cabo más tarde y les invitamos a compartir en esta nota.

La “inconsciencia” de tocar en un Hospital
Carlos Buono comienza comentando, como al pasar, que años atrás también tocó en un hospital, ¡invitado menos que por Luis Alberto Spinetta! En aquel entonces él creía que tocar allí era un acto de locura. Unos fanáticos suyos lo llamaron y ese episodio -que él define como “de pura inconsciencia”- ya es una anécdota que el artista valora mucho.
“Hoy estaba un poco asustado porque pienso que ustedes están tremendamente locos (risas). Pero esa inconsciencia y locura son sanas, son las que llevan a que uno encare cosas que, a veces, cree que son imposibles. Yo siempre digo que tener planes y sueños es lo que nos mantiene despiertos; así seguimos, así vamos. Me hubiera gustado tocar un poquito más porque hubo un lindo ambiente, un clima agradable. Pero creo que igual estuvo bien, duró lo justo y necesario”, comienza relatando.
Escuchá la entrevista completa a Carlos Buono en Aprender Salud Radio, desde acá
El barrio y la conexión con el público. “Recorrer el Hospital por dentro me trajo recuerdos. Yo era del barrio, vivía acá cerca. Este fue un lugar muy lindo para tocar. Siempre miro las caras de la gente y busco conectarme con una persona para saber si le está gustando o no, si vengo bien o mal; toco para él o ella. Hoy, por ejemplo, había un señor en silla de ruedas que se puso contento y comentó algo con su mujer. Cuando toqué Piazzolla puso cara rara y por eso decidí cambiar, tocar un vals con el que sonrió. Ahí me di cuenta de que ya había valido la pena venir”.
La música y los vínculos. La gente que miraba desde los otros pisos, asomada a los balcones, comentaba entre sí, no entendían lo que pasaba pero lo disfrutaba igual. “En un lugar donde hay tanto dolor, que haya música es sanador”, se escuchó a alguien decir.
La gente es muy receptiva con el Hospital y tiene mucho respeto por lo que sucede aquí adentro. Sobre este aspecto del alma que al que logra llegar la música, Buono reflexiona: “La música tiene esas cosas. Yo me sigo sensibilizando hasta hoy. Ustedes se preguntarán ¿Cómo puede ser que no lo vea como una profesión más? ¿Cómo puede ser que el artista, después de bañarse, cambiarse, prepararse, viajar y más, llegue a la hora de la función y en el escenario realmente sienta algo? La respuesta es que sí, tocando con los grupos uno viene cansado, otro se peleó con su mujer, otro está preocupado porque su pibe repitió y le quedaron tres materias. Pero arriba del escenario se generan cosas inexplicables, conexiones entre las personas. Los músicos que no se divierten, que perdieron eso, no van por buen camino. Fama puede tenerla cualquiera, se gana, se pierde y hasta se recupera. Pero el prestigio, no.”
“Arriba del escenario se generan cosas inexplicables, conexiones entre las personas.”
Para mirar en YouTube: “La fama me llegó de grande”
En el ambiente del tango lo conocen todos pero su nombre se hizo popular a partir de una emotiva interpretación de Adiós Nonino junto al director André Rieu, con quien participó de una gira por Europa. Ese video, junto al de Libertango, superan ampliamente el millón de visitas en You Tube. Aquí recuerda el casual momento que lo llevó a tocar con él.
“Fue algo que se dio. Yo ese día cargué en el coche mi bandoneón y no lo quise dejar allí así que lo bajé cuando fui a conocer a André y toda su orquesta, que cenaban allí. Como estaba con el bandoneón me invitaron a tocar y, tras hacerlo, veo que sacan el celular y empiezan a conversar con mi productor. ¿A dónde se van de gira? Pregunté ¡A dónde vas vos! Me contestaron. Mañana te esperan en el hotel y en cuatro días comienza la gira por Europa. ¡Yo no entendía nada!
El amor, las comidas y lo cotidiano
A lo largo de la charla, entre canciones que interpretó Carlos con su bandoneón, compartimos otros temas que también lo apasionan y destacamos en este apartado.
El amor hecho canción. Pensar en la música y el amor para Carlos es hablar de una relación indisoluble. Y cuando se habla de amor, no puede evitar mencionar a Mary, la petisa, su esposa. Por comparte, con emoción, que recuperó una partitura de un tango escrito en una hoja de cuaderno de música Istonio por el año 1962. El título del tango es “Paz 27”, por la dirección de Junín donde ella vivía: “Dedicado a una personita de la que estaba enamorado, escrito por mí, Facultad de Medicina”, lee y todos le preguntan: ¿Facultad de Medicina? “Sí, claro”, responde. “Yo iba a seguir abogacía para dedicarme a la música y tenía mi libreta de estudiante, con la que iba a almorzar ahí. Mientras estudiaba no tenía un peso, y en la facultad se comía bien y barato.”
Que fría está
La tarde y todo lo que miras
Tu mano sin mi mano
No hay nada más que frío.
La comida, su otra pasión. “Lo que pasa con la comida es que yo soy descendiente de tanos. Para mí la cocina es una forma de homenajear a mi familia y tengo mis días de improvisación como en la música. Se hablará en inglés en todo el mundo, pero la cocina es italiana.”
Cocinar es un proceso que le apasiona: “Cuando hago escabeche de berenjenas, por ejemplo, yo voy tanteando y elijo las lisas -pero no tan lustrosas y duras- y después las trabajo, las hago transpirar con sal, las marino con vino. Es todo un proceso que disfruto y que hace que comer no te haga mal”, afirma.
Carlos tiene comidas predilectas que ya tienen un prestigio ganado en su familia como los arrollados, el pastel de carne o los zapallitos rellenos. Pero también dice tener platos prohibidos como las tartas, porque ya experimentó de todas las formas posibles: “Disfruto de cocinar pero también me encanta servirles, ¡Hasta tengo un delantal!”
“Lo que pasa con la comida es que yo soy descendiente de tanos. Para mí la cocina es una forma de homenajear a mi familia. Se hablará en inglés en todo el mundo, pero la cocina es italiana.”
Comprar en la verdulería del barrio, cruzarse con vecinos en la carnicería, las charlas con un amigo en la plaza... Esas son las cosas que destaca, ya que lo conectan con la realidad cotidiana y lo corren de ese lugar ficticio que puede llegar a ser la popularidad o la fama: “Cada vez que subí a un pedestal, me bajaron rápidamente. Es importante saber bajar a la tierra. Para eso la tengo a la petisa. Cuando bajo del escenario me felicita, pero ahí nomás me acomoda y vuelvo a ser Carlitos”.
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Agradecemos al personal del Hospital que autorizó esta intervención en la sala de espera, a Liliana Guani por hacer el contacto con su vecino y especialmente a Carlos Buono por su excelente trato y predisposición para participar de esta experiencia.
Entrevista: Equipo editorial Aprender Salud
Podcast producido por HIBA TV