solidaridad
Perspectivas

¿Se puede aprender a ser solidario?

La solidaridad es reconocida como un valor fundamental para la cultura y la vida en sociedad. ¿Podemos imaginar algunos caminos para su aprendizaje?


Nos enteramos de que hay chicos que realizan acciones solidarias... Ellos están por acá y por allá, aunque no es sencillo verlos. Quizás por su edad, son jóvenes ¡muy jóvenes! Tienen entre 13 y 15 años y recorren diferentes instituciones, escuelas, barrios carenciados y hospitales de la ciudad. Realizan diferentes tareas: brindan apoyo escolar por fuera de la escuela, fabrican juegos en madera para chicos con discapacidad, visitan a niños y ancianos, organizan talleres....Suman más de 30 proyectos por año. Rita, ahora ya en 4to año, nos da algunas pistas: “ La experiencia me aportó una forma de mirar desde otro lado, de acercarse al otro, la reciprocidad. Un punto de vista que trata de conocer  y no de 'ayudar' al otro, un punto de vista muy crítico, que implica un compromiso... Es difícil ponerlo en palabras. Me di cuenta de la importancia que tiene este espacio en el colegio y estoy orgullosa, me siento 'llena' de poder mirar las cosas de esta forma.”

¡Qué noticia tan buena! De las que no abundan en los diarios. Fuimos a la escuela de los chicos que pasaron por el Hospital para saber más. Nos enteramos de que no están solos, forman parte del proyecto que lleva adelante el departamento institucional Acción Solidaria, de la Escuela Carlos Pellegrini. Dialogamos con los codirectores del área, Emilia Genovese y Roberto Zurutuza, que nos recibieron amablemente y nos contaron que

    • Para aprender solidaridad, hay que organizarse. Como nos relata Emilia: “(el proyecto) implica un importante esfuerzo de la institución, que pone toda la infraestructura organizativa para que se puedan realizar las tareas fuera de la escuela”.

    • Se sale del ámbito escolar. Pero se lleva el encuadre pedagógico del aprender en comunidad (aprendizaje -servicio) y la contención de los profesores (los “andamios”) para que los chicos puedan hacer la experiencia en lugares reales, elegidos especialmente. Y al mismo tiempo que se practica la solidaridad y se pinta un juguete, se construyen saberes, actitudes y valores.

    • “Se aprende en la experiencia: haciendo, mirando, relacionándose con las personas donde se hace la acción solidaria”, nos señala Roberto. 

Son temáticas que hacen a la vida cotidiana, al desenvolvimiento de ellos como ciudadanos en el día a día en la calle.

Actualmente, cada año, desde la escuela se coordinan 30 propuestas en áreas diversas como trabajo con personas con discapacidad, tercera edad, educación para el arte, recreación, educación y apoyo escolar.  Al igual que en el resto de las materias, los alumnos rinden sus evaluaciones integradoras a final de cada cuatrimestre, deben cumplir con la asistencia y realizar el trabajo de campo. 

A medida que empezábamos a despedirnos, pudimos comprobar el vínculo que se establece en esta materia:
    • Los aprendizajes duran y a diferencia de otras experiencias, estas están organizadas para un aprendizaje recíproco entre quien se acerca y quienes reciben. 

    • No todo es parejo: algunos chicos se entusiasman; otros al principio, no y después entran en el programa como voluntarios. Y están aquellos a quienes la experiencia les pasó por al lado.
 
    • Hay padres que apoyan mucho y a otros, quizás, les cuesta un poquito aceptar esta modalidad de trabajo, ya que puede chocar, en parte, con las representaciones que los medios transmiten de ciertas prácticas o lugares, como son algunos barrios humildes.

“Fue una experiencia que yo siempre describo como mágica, era algo muy, muy lindo y ni bien saludaba a los chicos antes de irme, contaba los días que faltaban para volver a visitarlos. Cada minuto lo disfrutaba al máximo.” Lucía, alumna de 4to año.

Roberto y Emilia nos acompañan mientras nos retiramos del colegio. Atravesamos el patio y nos damos cuenta de que son cientos los chicos que pasan año a año por esta experiencia. Nos produce una grata sorpresa el comentario de que también hay proyectos similares en muchas otras escuelas del país (más de 2 millones de alumnos participarán, por lo menos una vez en su trayectoria educativa, en proyectos socio-comunitarios, según estadísticas oficiales del Programa Nacional de Educación Solidaria). “Es que hay que volver al asombro -concluyen- que es el origen de la filosofía y tiene que ser el origen del trabajo educativo.” 

“Eran visitas esperadas por todos”
María Elena Makrigianis, Coordinadora de FUNI (Asociación para el futuro del niño) y Susana Zunino, Coordinadora del Voluntariado de FUNI, recuerda a quienes pasaron por esta experiencia solidaria.

“La experiencia con los alumnos de la Escuela Carlos Pellegrini se llevó a cabo en el área de Internación Pediátrica del Hospital. Los chicos llegaban en grupos de ocho alumnos que se dividían en dos, unos iban a la Sala de Internación, para organizar la biblioteca y visitar a los chicos internados y otros a Rincón de lectura de Consultorios Externos, donde narraban cuentos. Luego rotaban, ya que todos querían tener ambas experiencias.” 

“Formaron un vínculo extraordinario, pudimos percibir que tenían desarrollada una enorme capacidad de servicio. Siempre fueron acompañados, guiados y contenidos por voluntarios de FUNI. A fin de año les entregamos diplomas por su participación y ellos dieron testimonio de la actividad. Allí pudimos agradecerles, ya que fue enriquecedor para nosotros también.”


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Nota originalmente publicada en la revista Aprender Salud #15 - Diciembre 2011