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Aprender Salud

Historias del Italiano: El secreto de La Felicidad

Cuando Talo Silveyra imaginó escribir una película, pensó en su abuela. Y sorprendió a su familia cuando le propuso a ella protagonizarla.

Cuando Talo Silveyra imaginó escribir una película, pensó en su abuela. Y sorprendió a su familia cuando le propuso a ella protagonizarla. Así, Zulema, a sus 88 años cumplió dos anhelos: se convirtió en actriz y compartió una experiencia inolvidable con su nieto. 

Por el equipo editorial de Aprender Salud. Fotografía: Gentileza, Talo Silveyra.

“Ella siempre quiso ser actriz pero en su juventud era algo impensado. Un día aparezco con la idea de filmar un corto sobre una abuela que decide mirar hacia adelante luego de una tragedia familiar y ella me pregunta, ¿quién lo va a actuar? Sin dudar, le contesté: ¿te animás a hacerlo vos?”

Así comienza esta entrañable historia que los invitamos a conocer. Historia que reúne, en un cortometraje de ficción de 15 minutos, los sueños de Zulema Acrogliano, quien a sus 88 años se animó a debutar como actriz. Y también los de Talo, reconocido actor que emprende sus primeros pasos como director y guionista. Una abuela y su nieto que supieron encontrar el secreto de la felicidad.

¿Cómo empezó esta historia?
Zulema: Empezó porque el quiso hacerme cumplir un deseo que yo tenía de chica. Siempre fui ama de casa pero de joven me gustaban muchísimo Libertad Lamarque, Tita Merello, Zully Moreno... Era una época en la cual se pasaban todas sus películas en el cine Argos, en Colegiales. Yo iba con mi hermano mayor, que me llevaba. Sigo viviendo allí, en el mismo barrio.

Talo: Yo soy actor, mis papás son actores, también mi hermana. Me empezó a copar el cine para escribir y dirigir. Un día me llegó un guión y, al leerlo, pensé: ¿para qué me meto en esto? No sé como lo voy a hacer, no me convencía... Mi viejo me dijo: ¿por qué, en lugar de dirigir algo de otro, escribís vos?
¡Y lo primero que pensé fue en la Nona! Fue el personaje más lindo que se me vino a la cabeza y, si bien escribí el corto pensando en ella, nunca imaginé que lo iba a actuar. Tampoco tenía muy en claro que ella quería ser actriz, era como algo que estaba flotando en el aire pero jamás pensé que se animaría.

¿Por qué querías ser actriz?
Zule: Me crié en un ambiente de primos que cantaban, mi papá tocaba la mandolina en una orquesta. Recuerdo que mis tíos me sentaban en el paredón de la casa de la calle Freire y Quesada y me decían: “inventá un cuento”. “No té”, les respondía yo, que casi ni hablaba. Y les recitaba esta rima que todavía recuerdo:
 
Que desgracia cumana,
Me se escapó la paloma
Dios, tu que tienes alas y volas,
Haz que volva mi paloma.

Talo: La Nona siempre nos contaba estas historias. Solemos decirle así, con mayúscula, por costumbre. Y porque su cuenta de Instagram es la_nonaok. ¡ Ahí está el video de ella recitando el poema! (risas). 
Zule: Yo a ellos les cantaba, les bailaba, les actuaba...
Talo: Es un ser que inspira, tiene una estrella, un ángel, algo tiene... Vamos a cualquier lugar y la gente la saluda, aunque no la conozca.
Zule: Yo no entiendo esas miradas, como de cariño. Una de dos: o estoy demasiado viejita o tengo cara de payaso... (risas).
 

La doctora Valeria De Miguel, del servicio de Endocrinología, nos contactó con la revista un día que Talo me acompañó a la consulta. ¡Me parece mentira venir acá y que me hagan una nota!

 

¿Cómo fue el camino desde la escritura hasta la filmación?
Talo: Empecé a escribir, eso me llevó como dos años. Y, de repente, tenía una peli. La trama del corto es una abuelita que, después de perder a toda su familia en un accidente de autos, encuentra en la mudanza un diario íntimo de su juventud, con ese amor que nunca fue. Allí decide agarrar su valijita y salir a buscarlo. 

Zulema: La historia, ¿la puedo contar? (le pregunta a su nieto). Me vienen a avisar que toda mi familia se murió. No tuve una reacción de llorar o gritar, era un policía el que me avisaba. Y, en lugar de morirme, vendo todo y empiezo a viajar, para el norte, para el sur, buscando a un novio que yo no sabía si estaba vivo.

Talo: La peli habla de eso, de la transición entre algo muy terrible y cómo sobrellevarlo hacia algo nuevo, que le de esperanza a sus 88 años. El corto se llama La Felicidad, justamente, porque es en busca de eso. Y porque el nombre también resume la experiencia de filmar con mi abuela, cumplirle el sueño a ella y concretar mi primer proyecto de ficción como autor y director. Yo ya venía dirigiendo los videos de mi banda y otros proyectos, pero esto es lo primero que siento que me identifica y por eso el título. 

Para nosotros la familia es lo más importante, el almuerzo de los domingos no se suspende por nada. Mi mamá, Graciela Stefani, mi hermana Josefina, la Nona y yo. Nos juntamos y hacemos la fotito familiar. 

¿Cómo vivieron la experiencia del rodaje?
Talo: La magia que ocurría era hermosa y el corto creo que logró representarlo. Además, hay un montón de cosas que uno no conoce de su familia, de sus abuelos. Y en el rodaje se fueron despertando. Yo necesité fotos de su infancia y la cantidad de imágenes que surgieron me hicieron relacionarme con ella desde un lugar completamente distinto. Pude ver las fotos de mi Nono, que ya falleció, incluso elegimos una para que sea la del novio que ella sale a buscar. Las emociones se mezclaron, eran reales: ella actuaba mirando la foto de quien fue su marido... Se jugaron muchas cosas. 

¿Y a vos Zulema, te gustó?
Zule: (Lo piensa). No sé que contestarte, sí que me gustó, yo era feliz estando con él, mi meta era disfrutarlo con mi nieto. Al terminar sentís como un vacío. ¡Fue un bajón! (risas). 
Talo: Ahora me llama todos los días diciéndome ¿cuándo voy a escribir la segunda parte? ¡Yo quiero seguir filmando! (risas). Hasta se le ocurrió una trama, me dijo “ahora regenteo un hostel y viene gente de todo el mundo...” (risas).

¡Yo quería ser actriz! Mi hija es actriz, mi nieto también y mi nieta es cantante. ¡Se ve que está en los genes!


Tener proyectos, siempre


Por la Dra. Valeria De Miguel, endocrinóloga de Zulema
Zulema es una persona muy especial, generamos una relación de mucha confianza en los siete años que la atiendo. Y, en una de las consultas, me comentó que estaba muy motivada porque se encontraba filmando una película con su nieto. Luego de eso, vinieron los dos juntos y me contaron más del tema: que la llevaba por la ruta, por todos lados, ¡hasta hacía dedo! Me dijo que se llamaba “La Felicidad”, que ella era la protagonista y buscaba el amor de su vida. Me pareció re lindo y me quedé con una reflexión: la importancia de tener proyectos que mantengan viva nuestra motivación, a cualquier edad, pero sobre todo en esta etapa. “Yo te admiro, le dije. Por tener proyectos, siempre”.


La Felicidad, el cortometraje
Es la ópera prima de Talo Silveyra como director, productor y montajista, además de actuar en una escena junto a su abuela Zulema Acrogliano, actriz protagónica. A la Nona la acompañan los reconocidos actores Tamara Garzón, Paula Brasca, Mariel Percossi, Ana Sans, Federico Coates, Ernesto Larresse, Camilo Cuello y Valentín ¨Cook¨ Grimaldi.

El equipo técnico lo completaron: Diego Cipolla y Fernando ¨Urraca¨ Ortíz (dirección de fotografía), Rosario Molteni (asistente de dirección), Martín Galimany (diseño de sonido), Juan Luqui (música original) y Mel Rico (color grading). Fue coproducido por Federico Coates y Nube Contenidos. Los invitamos a verlo!